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martes, 3 de junio de 2014
La violencia no es solo física
SADOP da su mirada sobre lo que ocurre en las escuelas, si bien existen casos puntuales de agresión física y bullying, lo que mayormente se da en las aulas es el malestar psíquico compartido entre docentes y alumnos.
Debido a casos puntuales de violencia física salió a la luz
pública la temática del bullying en las escuelas. Sin embargo según un
estudio realizado por el Sindicato Argentino de Docentes Privados
(SADOP) el mayor problema en las aulas es el malestar psíquico
compartido entre educadores y alumnos debido a las condiciones en que se
trabaja y se enseña en la Argentina.
En general los medios de comunicación abordan la temática de agresión
como un problema presente en los establecimientos educativos, donde las
situaciones riesgosas y los hechos violentos ocurren con regularidad,
pero según la perspectiva de los docentes, que son los que están a
diario en las aulas, los porcentajes son muy bajos.
Solo el 1.4 % de los maestros y el 1.3% de los profesores manifestó
haber sufrido una agresión física relacionada con su trabajo docente.
Los datos, extraídos de Primera Encuesta Nacional sobre las Condiciones y
Medioambiente (CyMAT) de los Docentes Privados realizada por la
Secretaría Gremial de SADOP, revelan que la mayor violencia, en este
caso verbal y psicológica, proviene de parte del empleador. Este
fenómeno se da con mayor fuerza en las regiones de Noreste y el Noroeste
argentino.
Cuando se habla de amenazas físicas, psíquicas y/o emocionales surge
que el 19,4% de los docentes de primaria y el 14,8% de los de secundaria
se ha sentido amenazado en su actividad como docente. Al consultar de
parte de quién era ejercida esta violencia la respuesta resulta
reveladora: su empleador, directivos de la escuela, alumnos y padres de
sus alumnos.
El 54,4% de los maestros y el 41,5% de los profesores se sintieron
amenazados por los directivos de su escuela. Mientras que el 46,1% de
los profesores y el 28,8% de los maestros se sintieron amenazados por
sus alumnos. Dichas diferencias entre los niveles primario y secundario
posiblemente respondan a las características de los alumnos con los que
trabajan (edades, problemáticas), a los vínculos que construyen con sus
alumnos, como así también a la organización del trabajo propia de cada
nivel educativo y a la relación que establecen con las autoridades
escolares.
En la encuesta se evidencia que en ambos niveles educativos un gran
porcentaje de docentes manifestaron haberse sentido amenazados por las
autoridades de la escuela. Al respecto, el Secretario General de SADOP,
Mario Almirón, reflexiona que “es importante sumar esta mirada sobre los
vínculos laborales y democratizar la escuela con acciones concretas que
mejoren las CyMAT de los todos los docentes”.
“Este dato, que no aparece en la mayor parte de los abordajes sobre
esta temática tan compleja, nos habla de una situación específica de la
relación de empleo de los trabajadores docentes de gestión privada, que
se encuentran subordinados económica y jurídicamente al empresario”,
afirma Almirón.
La violencia física resulta poco significativa a nivel de los datos,
contrastando con la cantidad de docentes que se han visto amenazados
psíquica o emocionalmente en su ámbito de trabajo. Esto nos habla de una
violencia más sutil, que puede ser entendida como una violencia
simbólica o emocional, que se traduce en un malestar que imprime una
tensión en la escuela, e influye en el clima institucional en su
conjunto.
“Alguna vez se habló sobre la desesperanza, de no enseñar para el
futuro y no aprender para el futuro, pareciera que docentes y alumnos
están muy ganados con un sentido de inmediatez. Es necesario reconstruir
los lazos, la autoridad pedagógica, recuperar la palabra, poner en
marcha las instituciones vigentes”, señala el Secretario General de
SADOP.
La realidad cotidiana está atravesada por el fenómeno de la violencia
en sus diversas formas, por eso la escuela debe analizarse en el
contexto social, económico y político, del aquí y el ahora. En ese
sentido se debe reforzar la idea de recobrar el sentido de la palabra y
plantear dilemas que hagan que el sujeto deba posicionarse y dirimir
con el otro a través del lenguaje. El desafío es construir una solución
que contenga las CyMAT de los docentes y las condiciones de aprendizaje
de los alumnos.
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